日枝神社

Fui de noche y había personas arreglando para Año Nuevo. Sin gente. Bonita vista desde las escaleras. Es bueno si das la vuelta para encontrar Torii o si lo rodeas.
Me imagino que por el día habrá mucha gente tomando fotos.

El Santuario de Hie fue una agradable sorpresa en nuestra visita a Tokyo, nos encantó, desde las escaleras cubiertas por los Toriis, hasta las escaleras mecánicas supermodernas para bajar del mismo. Coincidimos con una ceremonia, y había mucha gente vestida con kimonos muy bonitos, el Hall principal es muy bonito con la cubierta verde con curvas muy bien definidas.
Fuimos a por nuestro Goshuin y la persona que nos lo hizo fue muy agradable, nos dio un pequeño regalo por la visita.

Templo muy bonito en medio de una zona de oficinas.
Cuando fui solo había un par de personas, se está muy bien.
Las puertas tori son un gran escenario.
Tiene amuletos muy bonitos también, y creo que fue de los pocos lugares en los que vi a una miko.

Precioso santuario en el centro de Tokyo, y posiblemente el mejor y más original de la ciudad. Tiene varias zonas bonitas para hacer fotos chulas y además del templo tienen una tienda pequeña de souvenirs. Los baños estaban muy limpios y todo muy cuidado. Recomendable

El Santuario Hie Jinja (日枝神社)  es un santuario sintoísta dedicado a la deidad Oyamakui no Kami. El origen del templo es inciert.o Una de las teorías es que fue en 1478 por Ōta Dōkan. Otra teoría identifica al Hie con el Santuario Sannō mencionado en un registro de 1362 del Kumano Nachi Taisha. Lo que si se sabe es que el shōgun Ieyasu lo reubicó en los terrenos del antiguo castillo de Edo. En 1604 su hijo Tokugawa Hidetada lo trasladó a las afueras del castillo para que el pueblo pudiera acceder a él.
Llegamos a la puerta oeste en la que se encuentra un gran Torii de piedra. Al atravesarlo llegamos a unas espectaculares y estrechas escaleras por dentro de un túnel de toriis rojos. Es espectacular.
Al final de las escaleras nos encontramos con dos templos: el santuario Massha y el santuario Obunko. Frente a ellos encontramos la entrada a la explanada principal. Allí se encuentra el salón de las Plegarias y alrededor de la explanada algunas tiendecillas de amuletos y recuerdos para la manutención del templo.

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